Muchos son los mitos alimentarios que invaden los medios de comunicación en estas fechas, no comas pan, uff esto me engorda mucho, no tomes lechuga, ayunar reduce el estómago y un largo etcétera que más que consejos, se convierten en falsas pautas de adelgazamiento y el cumplirlas, hace que empeoremos nuestros hábitos alimentarios. Recordad que cualquier duda que surja, cualquier consulta relacionada con vuestra salud, aspecto físico, alimentación, etc, tenéis a la vuelta de la esquina una farmacia con personal sobradamente cualificado para resolveros cualquier incógnita relacionada con vuestra salud y bienestar.
Uno de los mitos que más se escucha últimamente es que la fruta engorda después de comer... Pues es falso, el contenido graso de las frutas es nulo, cero, exceptuando algunas como las aceitunas o los aguacates, las frutas no aportan grasa a nuestro organismo. Si es cierto que gracias a su alto contenido en fibra, el tomarlas antes de las comidas da sensación de saciedad y ayuda a que comamos menos, pero podemos tomarla después si eso nos gusta más, ya que el organismo está preparado para digerir distintos nutrientes y alimentos simultáneamente. Además su sabor dulce, proporciona sensación de placer tras la alimentación ayudando a que no sigamos comiendo tras tomarlas como postre.
Eso sí, la fruta contiene azúcar en forma de fructosa, que se metaboliza a glucosa una vez esté en el organismo, aunque sea de obligado cumplimiento incluir fruta en nuestro día a día, en el orden que se prefiera, no debemos tomar más de tres piezas al día.
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